Suena a burla, y no sin recochineo,
que el alcalde de Los Barrios, el señor don Jorge Romero, se apunte a
homenajear a las instituciones que a lo largo de los últimos años han estado
implicadas en la lucha contra la violencia de género. Y digo esto porque es
harto evidente que el objetivo de dicho homenaje –celebrado la pasada semana con
motivo del Día Internacional que a la causa se le dedica cada año– para el
primer edil barreño y sus adláteres no era otro que lucir en la foto y salir en
prensa. No porque yo crea que las entidades homenajeadas no se lo hayan ganado.
Todo lo contrario.
Para qué lo voy a negar,
me toca los cataplines, y muy mucho, ver al señor Romero intentando apropiarse
de méritos que no le pertenecen en lo que se refiere a tan loable labor. O,
mejor dicho, aprovecharse de los de otros en su beneficio. Y lo mismo tengo que
afirmar respecto de la señora Elena Andrades, su compañera… de partido,
delegada de Servicios Sociales, todavía a día de hoy, si no me equivoco.
Me fastidia, me repatea el
estómago, que sean los que han contribuido a cargarse, entre otras muchas cosas,
el Centro de Atención a la Mujer, por ejemplo, que precisamente tenía entre sus
cometidos colaborar en la erradicación de dicha lacra social, quienes se pongan
en primera fila para organizar actos de reconocimiento de este tipo robando
mezquinamente para sí un protagonismo que nunca les correspondió ni les
corresponde.
Desde luego, ha de
admitirse que en lo que se refiere a montar circos para llamar la atención y
arañar votos engañando al respetable el señor alcalde y compañía son todos unos
maestros consumados.
Por si hay quien lo ha
olvidado el Centro de Atención a la Mujer, hoy desaparecido del mapa por obra y
gracia del señor Romero y la señora Andrades, se puso en marcha en septiembre
de 2000, en virtud de un convenio con la Junta de Andalucía, y estaba dotado
con una trabajadora social y una asesora jurídica. Dos años antes de que se
constituyera la denominada Comisión Local de Seguimiento del Protocolo de
Coordinación para la Atención a las Mujeres Víctimas de Malos Tratos y
Agresiones Sexuales, allá por noviembre de 2002, en un tiempo, todo hay que
decirlo, en el que había más recursos y, por tanto, se podían implementar con
mayor facilidad iniciativas para mejorar el bienestar de la ciudadanía.
Admito que puedo excederme
y errar en mis apreciaciones, pero cualquiera con conocimiento de causa, y algo
de idea sobre la historia reciente de este municipio, que no se deje llevar por
el resentimiento y el fanatismo, convendrá conmigo que en el referido homenaje faltó una mención, al menos, a la gestión que
desde dicho centro se hizo y, por supuesto, a las personas que desde distintos
ámbitos de responsabilidad trabajaron digna y eficientemente para que el mismo
funcionase con resultados más que notables. Entre ellas, Yolanda Peinado,
Estefanía Ruiz, Ángeles Ariza y Pilar Olivares, así como las trabajadoras
adscritas al Área de Servicios Sociales que aún continúan en el Ayuntamiento y
las que ya no están porque fueron despedidas.
Como estoy seguro de que
el señor Romero y la señora Andrades ya le han cogido el gustillo a la cosa, lo
que me extraña es que esta última semana
no nos hayan sorprendido también con otro homenaje de éstos, tipo paripé, que
tan rentables resultan para granjearse la simpatía de la opinión pública. Sin
ir más lejos, y conste que no se trata de ninguna insinuación, la reciente
celebración el pasado miércoles del Día Internacional de las Personas con
Discapacidad creo yo que les podría haber venido de perlas. En ese ámbito –el
de la discapacidad– tampoco han hecho absolutamente nada. Por culpa de los
socialistas, por supuesto, pero nada. A excepción de destruir, claro. Aunque ya
se sabe que a estos del PA barreño a oportunistas no hay quien les gane… De
momento.
La Verdad del Campo de Gibraltar, 9 de diciembre de 2013
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