viernes, 29 de noviembre de 2013

¿Peor imposible? · José Antonio Ortega · Andalucía Información

¿Peor imposible? · José Antonio Ortega · Andalucía Información

jueves, 28 de noviembre de 2013

Letras 2.0: Ortega prepara una crónica novelada sobre uno de l...

Letras 2.0: Ortega prepara una crónica novelada sobre uno de l...: El periodista y escritor José Antonio Ortega se encuentra finalizando un interesante proyecto que hemos querido compartir con su permiso en...

lunes, 25 de noviembre de 2013

Sobre el caso de la grúa

Una vez más, y sin que sirva de precedente, le vuelvo a dar la razón al señor Romero. Y digo que se la vuelvo a dar porque, si mal no recuerdo, y aunque parezca mentira, ya se la di en alguna que otra ocasión, no sabría afirmar a santo de qué.
El PSOE debería pedir perdón tras el archivo provisional de la denuncia que en su día interpuso relacionada con la concesión del servicio municipal de grúa. Pero, eso sí, debería pedir perdón no a los ediles del PA que fueron imputados en la causa, ni al propio señor Romero, sino al pueblo de Los Barrios. Y me explico. Debería pedir perdón por no haber sabido afinar a la hora de trasladar la realidad a los tribunales para que la denuncia hubiera prosperado. Lo que habría venido bien para seguir desenmascarando al personaje impresentable que tenemos por alcalde. Y, sobre todo, para contribuir a ir dándole boleto, es decir, mandarlo –se me ocurren unos cuantos destinos que me callo– con su música a otra parte. Aunque, a unas malas, de eso ya se encargarán las urnas en 2015. Espero.
El PSOE debería pedir perdón a los ciudadanos por no afinar, como decía, en este tema de igual modo que no afinó ni atinó en el referente al préstamo de Cañamaque, que, a buen seguro, todos ustedes recuerdan. Porque una cosa es que en el acto o los actos de un responsable político no haya delito y otra cosa distinta que estén bien o mal hechos, es decir, que sean legales.  Y, ya puestos, y si me apuran, el PSOE debería pedir perdón también por haber permitido, o, mejor dicho, no haber podido impedir, que un  incompetente cargado de odio y resentimiento, soberbia y prepotencia, se haya convertido en primera autoridad municipal durante cuatro años que están suponiendo poco menos que una pesadilla para los barreños. Al menos para los dañados o afectados por su mala uva que son más cada día que pasa. Por sus errores los socialistas ya se disculparon, pagaron con el batacazo de las elecciones y se hayan inmersos en su particular travesía del desierto, cumpliendo una merecida penitencia.
En cuanto a la denuncia relacionada con la concesión del servicio de grúa sólo decir que puedo entender y entiendo que a la hora de abordarla en los juzgados se hayan hecho la p… un lío. El fondo del asunto resulta un tanto enrevesado. Especialmente en lo que concierne a la titularidad de la parcela de marras. Entre denominaciones, delimitaciones y modificaciones del planeamiento es fácil confundirse. Tanto que por confundirse se puede confundir hasta el técnico más pintado. Pero esto no quita que no haya existido una posible manifiesta irregularidad en la cesión de unos terrenos propiedad del Ayuntamiento para depósito municipal de vehículos, independientemente de que no haya habido dolo o intención de delinquir. Y no     quita tampoco que no la hubiera en la tramitación de la compra de los tres vehículos usados para la Policía Local realizada a principios del pasado año. Los tres mismos vehículos que el señor alcalde presentó en la Plaza de la Iglesia como si fueran prototipos de un nuevo coche fantástico y que, por cierto, a fecha de hoy, según me cuentan, están casi para el desguace.
Al igual que el señor Romero discrepa cuando le parece de las resoluciones judiciales, sobre todo si no le convienen, yo apelo a mi derecho a discrepar de la que me sirve de excusa para este artículo. Y eso, discrepar de la misma, es lo que hago, como habrán podido darse cuenta.
No sé qué intenciones tiene ahora el grupo socialista. Ignoro si recurrirá o no ante la Audiencia Provincial. Pero, si no lo hace, yo creo que debería llevar a pleno una propuesta de consulta ante el Consejo Consultivo de Andalucía y revisión de oficio de los expedientes en cuestión, así como exigir a PA y PP, que tanto presumen de su celo por la legalidad, que la apoyen abiertamente.

La Verdad del Campo de Gibraltar, 25 de noviembre de 2013

viernes, 22 de noviembre de 2013

Radio Los Barrios renace de sus cenizas

Hace escasos días ha empezado a existir una nueva emisora de radio en Los Barrios. La que ha sido puesta en marcha por la asociación  de amigos de la desaparecida radio municipal y aspira a erigirse en legítima heredera de ésta. Un hecho que es motivo de alegría o debería serlo. Al menos para los que creemos que es bueno para los ciudadanos tener cuantas más opciones mejor a la hora de obtener información sobre lo que pasa. Y bueno para los que amamos y nos dedicamos a este mundo de la comunicación.
En estos tiempos que corren, en los que ya nos hemos habituado a asistir al cierre continuo de empresas del sector, tanto públicas como privadas, y al despido de periodistas, que un nuevo medio, a pesar de las dificultades, se abra paso y haga acto de presencia para estar a disposición de la gente es una muy feliz noticia.
Pero, en este caso concreto, lo es aún más para los barreños, porque se trata de una emisora que se gesta de la mano de algunos de los trabajadores que durante años estuvieron vinculados a la extinta radio pública local y quieren recuperar y mantener vivo su legado. Un legado –no lo olvidemos– estrechamente ligado a la historia reciente de este municipio.
Y lo es muy especialmente para mí por muchas razones, todas ellas de carácter emotivo. A fin de cuentas, en Radio Los Barrios hice mis primeros pinitos como locutor, aunque es verdad que más bien con pésimo resultado y escaso éxito, colaboré como redactor y, sobre todo, gané amistades que hoy día conservo y gracias a las cuales me siento muy afortunado.
Radio Los Barrios inició su andadura  a mediados de la década de los ochenta, siendo alcalde Miguel Domínguez, y su irrupción puede considerarse todo un hito histórico, entre otras cosas, porque fue la primera emisora de titularidad municipal de la comarca y una de las primeras de la comunidad autónoma andaluza. En una época aquella en la que todo era nuevo, muchos detalles en nuestra vida cotidiana se transformaban a un ritmo vertiginoso y Andalucía y España se reinventaban a sí mismas mientras se emprendía la apasionante aventura de la democracia. En un período, en definitiva, en el que la gran mayoría nos aproximábamos a ideas y conceptos que, en cierto modo, eran nuevos para nosotros (democracia, Constitución, Estado Social y de Derecho, autonomía, municipalismo, asociacionismo, libertad de expresión, etcétera, etcétera) y nos familiarizábamos con un montón de palabras poco habituales en nuestro vocabulario que nos sonaban como a chino.
Aunque, más que por ser la primera emisora municipal de la comarca, la creación de Radio Los Barrios debe considerarse todo un hito por su notable contribución al despertar sociocultural que por entonces también en esta localidad campogibraltareña, como en muchas otras de nuestra geografía, empezaba a vivirse.
Me vienen a la memoria nombres de muchas personas que con su trabajo, su ilusión y su esfuerzo hicieron que nuestra emisora local se ganara la admiración y el cariño de los barreños. Por cuestión de espacio no puedo mencionarlos a todos y no lo voy a hacer, por tanto. Pero sí quiero acordarme en estas líneas de alguien a quien profeso un profundo afecto y tengo en gran estima. El compañero Pedro Montedeoca, una de las personas más apreciadas y queridas por los oyentes, que en estos momentos, me consta, lo está pasando francamente mal y al que deseo una muy pronta recuperación. Y también de Manolo Guillén, alma de este medio de comunicación, a cuyo servicio estuvo entregado prácticamente  desde sus inicios, durante algo más de dos décadas.
A él, al amigo Manolo, más que a nadie, debemos que Radio Los Barrios, cual ave fénix, haya renacido de sus cenizas y debemos que a día de hoy esté emitiendo, para bien de este pueblo.

Viva Campo de Gibraltar, 22 de noviembre de 2013

lunes, 18 de noviembre de 2013

Sobre las asambleas vecinales de don Jorge Romero

Me pregunto si en las asambleas populares que ha organizado a lo largo de las dos últimas semanas el señor Romero ha hablado a los ciudadanos de todos los detalles acerca del caso La Gertrudis o sólo de aquello que le ha convenido. Me pregunto también si les ha aclarado por qué ha permitido que se quede en manos de un privado el vertedero, que es una instalación de titularidad municipal valorada en varios millones de euros, y por qué ha dejado de cobrar la tasa por la recogida, transporte y tratamiento de residuos inertes. (Esa misma tasa que, según él, los anteriores equipos de gobierno del PSOE consintieron que se cobrase por debajo de la cuantía establecida en la ordenanza correspondiente). O si les ha explicado qué puede pasar en el caso de que, como parece probable, el TSJA declare nulo los despidos de los 115 trabajadores que echó a la calle en febrero de 2012 y el Ayuntamiento tenga que cargar con la deuda añadida de unos 7 u 8 millones de euros acumulada en apenas dos años por mor de su incompetencia. Y me pregunto todo esto, miren ustedes, porque no he asistido a ninguna. A ninguna de dichas asambleas quiero decir.  Y no he asistido a ninguna porque he llegado a la conclusión de que exponerme a una sesión de una o dos horas oyendo decir al actual alcalde de Los Barrios sólo lo que le interesa, y entre lo que interesa un montón de inexactitudes, o maldades, cuando no sandeces, es poco recomendable tanto para la salud de mi espíritu como para la de mi intelecto.
El solo hecho de la convocatoria misma de estas asambleas ya resulta un tanto mosqueante. Porque, en realidad, tras el supuesto objetivo de informar a la ciudadanía, y darles la posibilidad de participar en los asuntos públicos, lo que se esconde es, por un lado, un  intento de justificar su ineptitud y su inoperancia como alcalde y, por otro, un deseo de manipulación de la opinión pública barreña. Un deseo frustrado, todo hay que decirlo, a tenor del poco éxito que cada una de las citas ha tenido, según me cuentan.
Con recursos de la institución, valiéndose de su condición de primer edil y sin el menor pudor, el señor Romero se monta el espectáculo de estas reuniones con los vecinos para su lucimiento personal, como ya hiciera el pasado año por estas mismas fechas, y se lleva consigo a los ediles de su grupo, y –esto sí que no lo esperaba– a los del PP también, para que le hagan de palmeros. Unos encuentros que, para ser exactos, bien podrían considerarse mítines, a pesar de que la campaña para las próximas elecciones queda aún lejos. Y es que, como ya ha demostrado infinidad de veces desde que se aventuró en el ejercicio de la política, y un  servidor ha comentado en más de una ocasión, su sentido del ridículo es mínimo, por no decir inexistente, y otro tanto se puede asegurar respecto a su sentido de lo ecuánime y de lo bueno.
En cuanto al tema de La Gertrudis, por cierto, y después de sabido que la Audiencia Provincial se ha inclinado por el archivo de la denuncia que presentó en su día, el hombre todavía no ha dicho ni pío. No ha convocado ninguna rueda de prensa, ni siquiera para despacharse a gusto como acostumbra –incluso contra los jueces, si es menester–, y no ha pedido disculpas a nadie. No ya a las personas que como consecuencia de dicha denuncia sufrieron la imputación de presuntos delitos no cometidos durante siete años, sino al pueblo de Los Barrios por los daños causados debido a la paralización del desarrollo urbanístico de la citada finca y por su pérdida. Aunque, claro, tampoco se podía esperar otra cosa de alguien que, a pesar de rondar ya los cuarenta años de edad, proclama algo tan poco inteligente como que si volviera a nacer haría exactamente lo mismo que hasta ahora ha hecho. Eso no lo diría ni un santo que no tuviera ningún pecado del que arrepentirse, así que saquen ustedes sus conclusiones.

La Verdad del Campo de Gibraltar, 18 de noviembre de 2013

viernes, 15 de noviembre de 2013

Manuel Iglesias in memoriam

Aprovechando este espacio, quiero hacerme eco hoy del homenaje póstumo que la Peña Cultural Flamenca Fosforito de Los Barrios ha propuesto se dedique al desaparecido guitarrista barreño Manuel Iglesias Guerrero. Una iniciativa de la que he tenido noticia esta semana precisamente y que, como no podía ser de otra manera, celebro.
Aunque nunca me he distinguido por ser amante o seguidor del flamenco, y mucho menos un entendido o estudioso, sí que soy admirador de lo que representa como expresión artística, como seña de identidad del pueblo del que soy originario y de la cultura en la que me he formado. Aprendí a oírlo, a saborearlo y a valorarlo a medida que fui creciendo como individuo y como persona. A medida que conocí sus raíces y su historia. A medida que traté de traducir y entender el sentimiento, la emoción y la espiritualidad de su lenguaje. He de decir que en ese aprendizaje tuvo mucho que ver mi amistad con gente aficionada a la guitarra y, por supuesto, con la figura de nuestro insigne Camarón de la Isla, para todos los flamencólogos el cantaor que más ha hecho por  la promoción, la renovación y el rejuvenecimiento del cante jondo.
Así que todo lo que se haga para fomentar y mantener vivo un arte que, en su sentido más amplio, es expresión del alma andaluza y, como ésta, tiene vocación de universalidad, por poco que sea, lo considero acertadísimo. Y, desde luego, todo lo que se haga por reconocer la labor de los artistas que han contribuido a situarlo en el lugar que merece también. Pero aún más motivo de satisfacción es para mí que entre los artistas merecedores de dicho reconocimiento nos encontremos con gente de Los Barrios, como es el caso que nos ocupa.
Manuel Iglesias fue un hombre de una calidad humana excepcional y gozó del aprecio y el respeto de todos sus vecinos. Entre otras muchas cosas, porque durante años en gran parte de los festivales, espectáculos, fiestas populares y saraos de esta villa y su entorno en los que hiciera falta que sonara una guitarra allí estaba el bueno de Manolo. Y porque, como maestro que era, enseñó a muchos jóvenes barreños a tocarla con la misma pasión, si no más, con la que él lo hacía siempre.
Es probable que mucha gente no lo sepa pero este ilustre paisano nuestro, que ya no está con nosotros, tuvo tras de sí un currículum encomiable. Quien desee saber más acerca de su vida y su carrera musical, que empezó allá por la década de los 50 del pasado siglo, puede obtener información en textos publicados relacionados con el mundo del flamenco y a través de Internet, donde se pueden encontrar numerosos sitios webs en los que se hacen destacadas referencias a su larga y brillante trayectoria acompañando a cantaores de renombre como a Flores El Gaditano, El Gitano Blanco, Juan de la Vara, José Peña, Juanito Maravillas, Paco Torrejón, Juanito Villar, Chiquetete, Antonio Madreles y Paco Cepero, entre otros.
Además, parece que el Ayuntamiento, a petición de la misma Peña Fosforito, va a dedicarle una calle. Bienvenida sea la iniciativa. Aunque, con o sin calle, su recuerdo está vivo en nuestra memoria y lo seguirá estando por mucho tiempo.

Viva Campo de Gibraltar, 15 de noviembre de 2013

viernes, 8 de noviembre de 2013

La nueva declaración sobre Gibraltar

Esta semana hemos sabido que España y Reino Unido han consensuado una declaración sobre Gibraltar que será presentada ante la próxima asamblea general de Naciones Unidas. Dicha declaración fue adoptada el pasado 28 de octubre y, según nos cuentan desde el Ministerio de Asuntos Exteriores, incluye mejoras para los intereses españoles con respecto a textos pactados anteriormente con las autoridades británicas. Cosa ésta de la que –me lo van a permitir– dudo mucho que sea del todo cierta. Y dudo mucho que sea cierta no porque lo diga el gobierno llanito o el Foreign Office, que no es que tengan ni más ni menos credibilidad que el gobierno de nuestro país, sino porque lo dicho por éste –por el Ejecutivo de Rajoy– es en sí poco creíble. En realidad, y después de las conversaciones mantenidas entre Londres y Madrid sobre el Peñón y las tensiones vividas  durante los últimos meses, nada nuevo hay bajo el sol. Aunque sí se ha de reconocer que los ánimos a uno y otro lado de la frontera de La Línea se han calmado y el asunto ya no copa portadas.
Lo que se ha pactado es prácticamente lo mismo que se pacta cada año y, sin embargo, nos quieren vender la moto de que nuestra diplomacia le ha conseguido sacar algún tipo de concesión a la diplomacia de la otra parte contendiente. Como si no supiéramos todos de la astucia con la que en materia de relaciones internacionales se manejan los ingleses. Cuando lo cierto es que el nuevo texto, un copia y pega de otros textos precedentes, incluye las mismas referencias a los acuerdos de Bruselas, a las resoluciones de la ONU y al Derecho Internacional, como no podía ser de otra manera.
Así que, después de un verano de duros desencuentros, nuestros representantes y los representantes del Reino Unido vuelven a llegar a la conclusión ya conocida de que para solucionar los problemas no queda otra vía que la del diálogo. Es decir la vía de sentarse y negociar dentro de un proceso en el que estén representados todos los actores en conflicto y las poblaciones afectadas. ¡Bienvenidos al club! Con ese espíritu precisamente se creó en su día el Foro Tripartito que tanto argumento para la crítica y para la mofa dio, por cierto, especialmente en un amplio sector del PP, dentro y fuera de esta comarca.
Sentarse y negociar, por supuesto, contando con lo que diga la tercera parte protagonista de este litigo, es decir, con la opinión del pueblo gibraltareño, que, guste más o guste menos, debe tener vela en este entierro, es decir, voz y voto, y con la opinión –cómo no– de los campogibraltareños.
Pues convendrán conmigo que no se puede decidir sobre el presente y el futuro de miles de personas sin contar con lo que piensan al respecto. Y al pronunciarme en estos términos no hago otra cosa que reiterar algo que ya he dicho otras muchas veces cuando he opinado sobre este tema.
Como oí en boca de alguien una vez, ¿en los albores de este siglo XXI qué más da la bandera que ondee a uno y otro lado de la verja? Lo verdaderamente importante es que se sienten las bases para una buena y duradera convivencia. Y más aún cuando se supone que en este Viejo Continente que habitamos estamos todos, o casi todos, por la labor de seguir construyendo la Unión Europea.


Viva Campo de Gibraltar, 8 de noviembre de 2013