Hace
escasos días ha empezado a existir una nueva emisora de radio en Los Barrios. La
que ha sido puesta en marcha por la asociación
de amigos de la desaparecida radio municipal y aspira a erigirse en
legítima heredera de ésta. Un hecho que es motivo de alegría o debería serlo.
Al menos para los que creemos que es bueno para los ciudadanos tener cuantas
más opciones mejor a la hora de obtener información sobre lo que pasa. Y bueno
para los que amamos y nos dedicamos a este mundo de la comunicación.
En
estos tiempos que corren, en los que ya nos hemos habituado a asistir al cierre
continuo de empresas del sector, tanto públicas como privadas, y al despido de
periodistas, que un nuevo medio, a pesar de las dificultades, se abra paso y
haga acto de presencia para estar a disposición de la gente es una muy feliz
noticia.
Pero,
en este caso concreto, lo es aún más para los barreños, porque se trata de una
emisora que se gesta de la mano de algunos de los trabajadores que durante años
estuvieron vinculados a la extinta radio pública local y quieren recuperar y
mantener vivo su legado. Un legado –no lo olvidemos– estrechamente ligado a la
historia reciente de este municipio.
Y
lo es muy especialmente para mí por muchas razones, todas ellas de carácter
emotivo. A fin de cuentas, en Radio Los Barrios hice mis primeros pinitos como
locutor, aunque es verdad que más bien con pésimo resultado y escaso éxito,
colaboré como redactor y, sobre todo, gané amistades que hoy día conservo y
gracias a las cuales me siento muy afortunado.
Radio
Los Barrios inició su andadura a
mediados de la década de los ochenta, siendo alcalde Miguel Domínguez, y su
irrupción puede considerarse todo un hito histórico, entre otras cosas, porque
fue la primera emisora de titularidad municipal de la comarca y una de las
primeras de la comunidad autónoma andaluza. En una época aquella en la que todo
era nuevo, muchos detalles en nuestra vida cotidiana se transformaban a un
ritmo vertiginoso y Andalucía y España se reinventaban a sí mismas mientras se
emprendía la apasionante aventura de la democracia. En un período, en
definitiva, en el que la gran mayoría nos aproximábamos a ideas y conceptos
que, en cierto modo, eran nuevos para nosotros (democracia, Constitución,
Estado Social y de Derecho, autonomía, municipalismo, asociacionismo, libertad
de expresión, etcétera, etcétera) y nos familiarizábamos con un montón de
palabras poco habituales en nuestro vocabulario que nos sonaban como a chino.
Aunque,
más que por ser la primera emisora municipal de la comarca, la creación de
Radio Los Barrios debe considerarse todo un hito por su notable contribución al
despertar sociocultural que por entonces también en esta localidad
campogibraltareña, como en muchas otras de nuestra geografía, empezaba a
vivirse.
Me
vienen a la memoria nombres de muchas personas que con su trabajo, su ilusión y
su esfuerzo hicieron que nuestra emisora local se ganara la admiración y el
cariño de los barreños. Por cuestión de espacio no puedo mencionarlos a todos y
no lo voy a hacer, por tanto. Pero sí quiero acordarme en estas líneas de
alguien a quien profeso un profundo afecto y tengo en gran estima. El compañero
Pedro Montedeoca, una de las personas más apreciadas y queridas por los
oyentes, que en estos momentos, me consta, lo está pasando francamente mal y al
que deseo una muy pronta recuperación. Y también de Manolo Guillén, alma de
este medio de comunicación, a cuyo servicio estuvo entregado prácticamente desde sus inicios, durante algo más de dos
décadas.
A él,
al amigo Manolo, más que a nadie, debemos que Radio Los Barrios, cual ave
fénix, haya renacido de sus cenizas y debemos que a día de hoy esté emitiendo,
para bien de este pueblo.
Viva Campo de Gibraltar, 22 de noviembre de 2013
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